TORRE DUBAI: ¡YA LES VALE!


En el secarral de Dubai se ha construido la mole más alta del mundo, para desafío de la ciencia e idiotez de su jeque. Algunas televisones retransmitieron en directo el evento y los medios de comunicación hoy reproducen al unísono los datos del edifio. Que si mide 828 metros, que si participaron 12.000 trabajadores….; en fin, los mismos datos en todas partes para alegría del periodismo de investigación.

Hay quien dice que su inauguración será como el espíritu divino e insuflará optimismo a la mermada economía del emirato, cuyo consorcio público -Dubai World- arrastra unas deudas de 26.000 millones de dólares. Pero no importa, para sus impulsores es la joya residencial del Golfo Pérsico y símbolo del milagro económico del país.

Lo que las crónicas no cuentan es que los parias que trabajaron en su realización cobraron entre 30 y 60 dólares al mes. Ocultan que en Dubai se les esconde en barrios marginales para que no empañen la buena imagen del emirato y no se dice que para no perder tiempo, muchos de ellos durmieron en la misma torre. No se sabe el número de accidentes laborales que hubo en los 6 años que duraron las obras, ni se recordará a esos paquistaníes, indios o habitantes de Bangladés que se dejaron la vida en este proyecto faraónico.

Uno se pregunta -perdón por la expresión, pero me sale del alma- qué cojones pinta semejante monumento a la estupidez en un emirato plano, donde sobra espacio por todas partes. El consumo energético de semejante mastodonte es tan grande como escaso el respeto a los Derechos Humanos por parte de sus jeques. Y como la insensatez les parece poca, ya tienen en construcción otra torre que supere a ésta en altura. La pregunta es qué pasará en Dubai el día en que se estropee el aire acondicionado. Que nos les pase nada, porque si hay algo seguro es que tarde o temprano se averiará.